SOBRE MÍ

FORMACIÓN

La Vida, que hizo nacer en mí un profundo anhelo de libertad siendo muy niña, ha sido mi principal formadora. Ella me llevó a explorar mi mundo interno, a enamorarme de la respiración y de la meditación, desde muy joven. Ella me alentó a desear que todo este potencial se expresara en mi vida cotidiana, momento a momento, sin saltarme nada. A constatar que cada experiencia que se me ofrece es una oportunidad para nutrir la consciencia amorosa que es nuestra verdadera identidad.

Además, estudié Psicología, Bellas Artes y recorrí durante años diferentes escuelas de autoconocimiento, aprendiendo a vivir la meditación y la autoindagación como puertas hacia mi verdadera esencia.

También me formé en Terapia Transpersonal, Meditación Zen, Yoga, Mindfulness y me adentré en la profundización y la vivencia del Advaita Vedanta, Un Curso de Milagros, la Vía de la Maestría… y tantas otras fuentes de inspiracion.

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DEDICACIÓN

Dedicada al descubrimiento y el íntimo reconocimiento del SER, nuestra verdadera naturaleza, profundamente amorosa.

Y esta naturaleza sólo quiere extenderse, expresarse, no se puede contener. A través de encuentros, charlas, vídeos, retiros, libros, sesiones… comparto la inspiración que mueve y guía mi vida.

Disfruto acompañando, a quienes lo desean de verdad, en la aventura de conectar e intimar con la Vida que somos, descubriendo juntos nuestro radiante potencial y nuestra inmensa capacidad de amar.

Traer amor a las áreas perdidas de nuestra interioridad, a lo más rechazado y eludido, es el eslabón perdido que nos pone en contacto con el Amor que somos. Compartir esta posibilidad, tan viva en mí, me entusiasma por el poder y la libertad que encierra.

Me encanta que descubramos juntos la libertad de elegir lo que queremos experimentar momento a momento. 

Agradezco poder compartir y vivenciar con tantos seres humanos el tesoro de mi corazón, lo que llena cada instante de sentido. No soy más especial que tú. Somos vividos por la misma Vida que se expresa de modos siempre nuevos  y fascinantes a través de cada uno de nosotros. Compartir lo que me inspira es la mejor manera de aprenderlo, de integrarlo. Estamos unidos en ello…

UN POCO DE HISTORIA

Pasé muchos  años creyéndome una personita insuficiente, indigna, necesitada de reformas y arreglos, intentando llegar a parecerme con esfuerzo a otros, que percibía más liberados, más reconocidos, más valiosos que yo. El agotamiento y el dolor de sentir el vapuleo de tantos juicios, de tantos intentos de llegar a ser lo que no era… terminó por detenerme en la silenciosa luz del Ahora. Y abrazada por su Aliento, respiré la inocencia de la verdadera vida que siempre me había sostenido, esa que yo no había podido sentir, empeñada en llegar a otro tiempo, a otro sitio mejor que éste.

En ella, como en los brazos de una madre inmensa, todo lo que mi mente había rechazado era amorosamente permitido, admitido y sentido sin juicio: ¡todo era vida esperando amor! Las viejas heridas, tanto abandono, tantas resistencias, esa temida vulnerabilidad… era respirado con amor. El Aliento de la Vida, al que me sentía más unida que nunca, se encargaba de todo mientras me permitía descansar en sus brazos.

Y comprendí. Me descubrí mucho más grande que todo ello, inmensamente espaciosa e íntima al mismo tiempo. No definida por lo que me pasaba, sentía o pensaba. Podía contemplarlo, todo era abrazable. Y descansé. La búsqueda se relajó enormemente. Estaba aventurándome en un terreno desconocido: la consciencia que contempla, inmensamente clara, transparente, serena  y amorosa con cada aspecto de mi existencia. Donde antes  percibía culpa, indignidad, vergüenza, desde esta nueva mirada, sólo veía inocencia, una petición profunda de amor.

Y al ofrecer este AMOR  a todo lo que mi había sido rechazado, temido o eludido, a todo lo que había intentado arrreglar o perfeccionar, despertaba a mi verdadera identidad, a lo que somos de verdad todos y cada uno de nosotros: consciencia amorosa.

Se abrió para mí la gran puerta: un profundo cambio de perspectiva que se ha convertido en el fundamento de mi existencia.  

Se agotaba el camino que había emprendido y seguido con tanto esfuerzo: reformar mis actitudes, eliminar mis hábitos, arreglar lo inadecuado… Mi única función es AMAR: unirme a la Vida en mí que lo ama todo y dejarme nutrir por su Aliento, mover por sus energía, inspirar por su consciencia. Ella se encarga de todo y esto es… una gozada. 

Esta comprensión me dejó tan reconciliada conmigo misma que necesitaba compartirla para seguir aprendiendo. La Vida me situó fácilmente en los escenarios apropiados para ello. Surgió mi primer libro, “Del hacer al ser”, testigo de ese viaje al Corazón que me transforma cada día. En él comparto mis experiencias y comprensión contigo.

La cosa no quedó ahí… De la profunda inmersión en el vasto espacio de la consciencia que contempla el ir y venir de las formas, surge la alegría de descubrir que, bajo el disfraz de todas las experiencias, de todos los fenómenos cambiantes, sólo hay Vida, pura Vida expresándose. Y que todas sus formas están aquí para ser reconocidas en su esencia, más allá del disfraz con que se muestran y que parece separarnos. Esa esencia es profundamente nutritiva y siempre nos está invitando a degustarla, a abrirnos al gran banquete de la existencia.  Esta comprensión fue el desencadenante del segundo libro: “La abundancia está servida.”

Y, desde entonces… la inspiración que surge de esta dedicación se comparte de mil maneras, durante todo el día. Ninguna es mejor que otra. Escribir, hacer vídeos, organizar retiros, compartir con otros seres humanos que se sientes inspirados por lo que se expresa a través de mí, cocinar para mi familia, nadar, pasear, sentir cualquier oleada emocional que me atraviesa o no hacer nada… Todo quiere estar al  servicio de lo único que anhelo realmente: reconocer lo que soy, no una personita aislada tratando de mantenerse a sí. misma, sino la presencia del Amor, nuestra única realidad.