top of page
Buscar

LA VERDADERA PUREZA




¿De dónde surge esa sensación de impureza o indignidad que experimentamos con frecuencia?


Durante muchos años me dediqué a purificar mi cuerpo, a liberarme con ahínco de todo lo que parecía sumirme, una y otra vez en la pesadez. Me entregué a todo tipo de limpiezas, ayunos, depuraciones, desintoxicaciones... Me dediqué a intentar gestionar mis emociones y positivizar mis pensamientos, al darme cuenta de que también en estos ámbitos experimentaba sensaciones sombrías que me abrumaban... Y, por supuesto, busqué con avidez entornos y lugares "puros", huyendo de situaciones y personas que pudieran ser tóxicas para mí...


Y, sin embargo, una y otra vez volvía la sensación de impureza, de malestar. Me sentía sobrecargada por energías pesadas, teniendo que dedicar mucho tiempo y esfuerzo a desembarazarme de tales estados para por fin recuperar mi anhelada pureza, que no tardaba en verse mancillada. ¡Cuánta inversión, cuánto esfuerzo dedicado a conseguir algo que, en realidad, es mi verdadera naturaleza inocente y radiante!


Desde la identificación con un yo separado, que está siempre buscando algo para sofocar su extraña y sombría sensación de disminución, la pureza no es posible. La anhelamos, porque en lo profundo sabemos que nuestra esencia es impecable y libre, pero la pequeña mente separada la codifica y reduce al mundo de la forma, el único al que tiene acceso. Y ahí empiezan todos los confusos intentos