¿Y si eso que estás experimentando ahora mismo no buscara ser solucionado, sino simplemente ser incluido en la amplitud de tu corazón?
¿Y si esas sensaciones tan intensas que te recorren no buscaran ser evitadas, sino simplemente, vivenciadas y aceptadas como lo que son, pura vida anhelando inclusión?
¿Y si esa emoción tan dolorosa que parece desgarrarte no buscara ser eliminada, sino simplemente, abrazada y permitida en su expresión?
¿Y si ese temor que te atenaza no buscara ser controlado o anestesiado, sino un espacio de seguridad para expresarse, la calidez de tu amor?
¿Y si ese impulso que parece arrastrarte no buscara ser seguido, sino simplemente aceptado, vivido, en el espacio abierto de tu corazón?
¿Y si ese deseo que te invade no buscara una satisfacción inmediata, sino simplemente ser vivenciado en su intensidad, conocido como la potente energía que lo anima, más allá del objeto que parece anhelar?
¿Y si esa sensación de debilidad que te visita hoy no buscara un remedio, sino precisamente ser vivenciada y acogida en los brazos amorosos de tu paz?
¿Y si esos pensamientos que tanto te alteran no buscaran ser creídos, sino simplemente admitidos, permitidos en la quietud de tu Hogar?
¿Y si ese problema que te preocupa no buscara ser resuelto en seguida, sino simplemente un espacio en el que la incertidumbre, la desazón o la urgencia por encontrar una solución pudieran desplegarse y experimentarse como lo que son?
¿Y si todo lo que acontece en el espacio sagrado de tu conciencia sólo estuviera buscando tu inclusión?
¿Y si al incluir cada detalle de lo que experimentas, admitiendo todo en ti, descubrieras que tu naturaleza es pura vida, amor sin límites y consciencia abierta, luz sin fin?
Entonces, dejaríamos de temer y nos abriríamos a la vida a cada instante, sabiendo que todo está aquí para recordar a nuestro SER.