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NO NOS CONFUNDAMOS



Hoy quiero mirar profundamente algo que genera muchos equívocos y confusión en el mundo del desarrollo personal y un tipo de "espiritualidad" asociada a sus principios, basada en el perfeccionamiento de la persona.

En primer lugar, es necesario dejar claro algo: Tú no necesitas mejorarte, desarrollarte, cambiarte, espiritualizarte ni conseguir nada que no esté ya aquí, en tu interior. Lo que eres en tu esencia es ilimitado y completo. Eres el SER, la Vida, pura consciencia y amor sin límites.

Conectar con tu ser esencial, unirte a él, permanecer en esa consciencia, es lo único que sí necesitas y anhelas. Y esto es un movimiento interior profundo que requiere un compromiso de autenticidad enorme con nosotros mismos.

En el mundo del desarrollo personal, enfocado en la "persona", esa versión limitada con la que nos hemos confundido, todo lo que acabo de escribir como aspectos del SER se le atribuyen a ese "pequeño yo".

Oímos decir: "en ti está todo", "tú tienes todo el poder", "eres amor", "no tienes que esforzarte", "eres completo"... Y, como no nos hemos conocido más allá del pequeño cuerpo-mente que creemos ser, lo que llamamos nuestra personalidad, creemos que ésta es la depositaria de todos esos atributos. Aunque le cuesta creérselos, como en el fondo "intuye" la verdad a la que aluden, trata de adherirse a ellos creándose un yo espiritualizado que no logra sostener por mucho tiempo, pues la evidencia se impone.

El "pequeño yo" no es completo, no es amor, no tiene poder y no puede entender qué significa "no esforzarse", pues su vida está basada en un esfuerzo sin sentido que le cansa. No hacer, para él, es dejar de actuar y olvidarse de todo.